Barra de Barras 2014: ‘Menú Homenaje a Mariano Nicolás’ (All-Star gastronomic)

Un año más las jornadas Barra de Barras llegan a su fin y lo hacen poniendo el broche final con un último menú que corre a cargo de ocho grandes cocineros de la Región. Como ya sucediera el año pasado con el homenaje a Raimundo González, nos encontramos ante un menú cargado de emoción y buen hacer, dónde carnes, pescados, arroces y guisos armonizan muy bien.

Un engranaje perfecto para rendir tributo a uno de los ‘monstruos’ que ha dado la gastronomía murciana en el último medio siglo: Mariano Nicolás, fundador del restaurante El Churra. Siguiendo con la idea de que cada una de las tres D.O. de Murcia quede representada en las jornadas, nos encontramos con que el menú está maridado con vino de las bodegas Lavia (DO Bullas), grandes vinos que demuestran que la monastrell es capaz de jugar en la liga de los grandes. Gracias Pedro Martínez por ilustrarnos tan bien sobre los entresijos y las labores del vino.

El menú comienza con unos aperitivos a cargo de el equipo del restaurante El Churra (Juan Antonio García y Armando Riccio): ‘boquerón, pulpo, marinera y croqueta’. Me impresionaron sobre todo las dos últimas tapas: la marinera porque recibe una actualización sobre la que iniciar un debate (¿Se puede servir sobre pan tostado? ¿Acaso no es hora de dar un paso más?) y la croqueta de gamba porque es una croquetame resultó sensacional.

A los aperitivos le sigue el primero de los platos, ya sentados a la mesa, que consiste en una ‘sardina ahumada con cebolla braseada a la miel’ por Alfonso Egea (Casa AlfonsoEntreColyCol y Mi Barca). Fue uno de los platos que más me impresionó por la armonía que desprende el conjunto. Nada sobra, todo tiene su papel en este plato en el que la piparra, la miel, la cebolla en vinagre o el cilantro aportan matices y redondean el lomo de sardina ahumado. Un plato para detenerse.

Guisos y arroces demuestran que no necesariamente deben estar reñidos con un servicio de cenas en este menú. El ‘guiso de olla gitana’ de Jose María Alcaraz (Los Churrascos) rinde tributo a la tradición de puchero que siempre ha acompañado a Mariano Nicolás y a El Churra. Un plato de Semana Santa con su ajo-calabaza, que amalgama y da empaque al guiso, y una albóndiga de bacalao. El ‘arroz con habitas y bogavante’ de Mari Cruz García (Virgen del Mar) encierra en sí un tratado de cómo debe resultar un plato de arroz: base cargada de sabor, arroz entero y la dosis de cariño necesaria para pelar y pelar las habitas. Raciones justas para aguantar hasta la línea de meta.

Los platos principales también rayan a muy buen nivel. Tomás Écija (El AlberoLa Maita) ha elaborado una ‘dorada en escabeche de cítricos’ que me gustó sobre todo por integrar motivos murcianos como son los cítricos o puede ser la huerta en ese cebollino en un escabeche que ensalza una lubina no muy allá. Pedro Morales (Restaurante Morales) hace lo propio con las carnes y presenta una ‘pierna de cabrito’, deshuesada y envuelta en ese cofre que forman las hojas de acelga. Un clásico de su cocina adaptado a la perfección a un menú largo y que supuso una de las grandes sensaciones de la noche.

Los postres corren a cargo del pastelero Andrés Mármol (La Gloria) que ha preparado para la ocasión un prepostre consistente en un pequeño ‘paparajote’ acompañado de tres gotas de chocolate con leche y una ‘tortada murciana’ de postre principal. La tortada la acompaña de crema pastelera, una mousse de chocolate y crema de leche merengada. Quizás demasiado recargado pero que consigue que la larga travesía a través de los siete platos salados anteriores merezcan la pena a los más golosos.

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Horno de La Colegiala {I Quedada Bloggers Gastronómicos Murcianos}

Este 23 de Febrero he tenido la suerte de poder asistir a la I Quedada Bloggers Gastronómicos Murcianosiniciativa que ha contado con gran acogida entre los que a cocinar/fotografiar comida nos dedicamos. La idea ha surgido de un grupo de bloggeras que hartas de leer sobre eventos de este tipo en otros blogs se han armado de valor y han decidido importarlo a nuestra Región (<<¡Aplausos!>>). Como el evento ha contado con dos partes bien diferenciadas, la primera en el horno de pan de La Colegiala en El Raal y la segunda en el restaurante La Marimorena en Molina, he optado por dedicarles una entrada a cada una y así poder extenderme a gusto sin que esto se os haga ‘más largo que la mili de Rambo’.

El tiempo acompañó al principio de la jornada y pudimos elaborar la masa al aire libre, con un sol maravilloso. David, el estupendo panadero que nos acompañó toda la mañana y nos explicó los intringulis de la elaboración del pan, mezcló agua, harina y levadura y poco a poco los bloggeros nos fuimos animando a meter la mano y pringarnos para darle un aspecto consistente a la masa. Una forma sana y productiva de hacer músculo en los brazos a la vez que resolvíamos todas nuestras dudas existenciales sobre panadería («¿Qué es la famosa masa madre?» «¿Cuántos tipos de levadura existen?»….).

Una vez preparada la masa llegó el turno de amasarla y darle forma. David nos explicó las dos técnicas más empleadas: la tradicional, realizando movimientos circulares de arriba a abajo sobre la mesa, y la francesa, golpeando la mesa con la masa. A la hora de darle forma cada uno tiró por su camino y se vieron tanto clásicas barras alargadas como panes circulares, barras trenzadas y roscas. En este punto destacaron  los que habían asistido a cursos sobre panadería -como Carlos, de ‘Vegetal y tal‘, que aunque no se pringó nos dio buenos consejos- y los bloggers más dulces -como Adela, de ‘Mmm, ¡Que bien huele!‘- con la experiencia que la repostería te aporta.

Tras el duro trabajo los amigos de La Colegiala nos ofrecieron un energético tentempié a base de pan con aceite, el almuerzo de los panaderos. Lo acompañamos con una buena charla en la que aprovechamos para conocernos un poquito más entre nosotros.

Puesto el pan a fermentar a una temperatura óptima, entre los 32 y los 35ºC, David nos hizo de guía durante la visita a las instalaciones de La Colegiala. Me asombró que desde un horno tan tradicional en cuanto a instalaciones y tamaño se surtiera de pan recién hecho a todas las colegialas de la Región de Murcia. Esto último es posible gracias a que durante toda la semana el horno tiene un horario 24h non stop, con tres turnos de trabajo, salvo el sábado, el día de descanso en panadería por tradición.

Fermentado el pan, David nos explicó los últimos pasos previos al horneado. Cuidadosamente colocamos el pan sobre una mesa y les hicimos el dibujo de la corteza con un cuchillo. Uno a uno, David los fue colocando sobre las yandas en las que se iban a hornear. Me llamó mucho la atención que estos últimos pasos se realizaran a escasos metros de la tienda que La Colegiala tiene en el propio horno de pan. De hecho muchos clientes y vecinos de El Raal que en ese momento compraban su pan de la mañana se interesaron por nuestra presencia allí.

Y finalmente, después de 25 minutos aproximados de horneado, aquí está el premio a todo el esfuerzo. Creo que en las fotos se nota el orgullo que siento por mi primera rosca de pan (lo siento chicos, la que realizas de pequeño en la Granja Escuela no cuenta). No será la mejor barra de pan -ni siquiera la que mejor sabe- pero, como pasa con los hijos, para mí es la mejor del mundo.

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