Comer y beber en Zagreb (Croacia)

Este pasado mes de julio lo pasé entero en Zagreb disfrutando de un intercambio de estudiantes de Medicina. Fue una experiencia encantadora conocer otro país, otras costumbres, cómo funcionan los hospitales fuera de España y sobre todo a multitud de estudiantes como yo, provenientes de los 5 continentes. Croacia, pese a ser un país balcánico que formó parte de la antigua Yugoslavia, muestra rasgos muy europeos (actualmente se encuentran en fases de entrar a formar parte de la Unión Europea). Se puede dividir el país en dos partes perfectamente diferenciadas: la zona de interior, con la capital Zagreb como máximo exponente de unos rasgos más centroeuropeos, y la costa con innumerables islas y pueblos pesqueros a lo largo de más de 1000 Km de costa adriática, con un espíritu más puramente mediterráneo.

Ahora me gustaría contaros un poco de cómo se come por Zagreb,tomando prestadas fotos de la red, ya que no pude llevarme mi cámara (tuve que elegir entre portátil y cámara reflex y al final ganó el primero, imprescindible para estar en contacto con España) y siempre desde el punto de vista más económico (no andaba mi presupuesto para tirar la casa por la ventana).

El Mercado de Dolac

Punto emblemático de la ciudad, situado en pleno corazón de Zagreb junto a plaza de Josip Jelacic (punto de encuentro de los zagrebíes y de las líneas de tranvía). En esta plaza se realiza un mercado todos los días en los que podemos comprar frutas, verduras, huevos y productos lácteos, miel, plantas aromáticas e incluso artículos fabricados con madera. Se trata de un mercado tradicional en el que se mezclan turistas con gente corriente, donde los precios son bajos y los productos frescos. Todos los puestos destacan por tener una sombrilla con los colores  típicos de la ciudad, lo que les confiere una peculiaridad especial.

En verano son muy respetuosos con los productos lácteos, conservando los quesos frescos en vitrinas climatizadas.

No sólo encontrarás quesos frescos, sino que los hay de todas las variedades. Uno de los más deseados y famosos es el queso de Pag, que se produce exclusivamente con leche de ovejas autóctonas de la isla de Pag.

Comer

Con todo lo dicho anteriormente he de reconocer que me llevé una ligera decepción con los restaurantes de la ciudad (mejor dicho con los restaurantes económicos de la ciudad, porque a los caros ni me acerqué). Los platos típicos del interior de Croacia son en palabras de los propios zagrebíes «o caseros o caros» y razón no les faltaba. Esta ciudad se caracteriza por tener las terrazas de los bares siempre rozando el lleno, pero la gente sale a tomar algo de beber (la cerveza es sagrada)  y es muy raro que salgan a comer por lo que no hay gran tradición de restaurantes. Esto ha propiciado una marea de pizzerías, kebabs y sitios de estilo similar que se han hecho con ese mercado que lo componen turistas como nosotros. De los platos típicos que sólo he probado aquí os hablaré del burek y del cevapi, ambos platos típicos de la región de los Balcanes.

Burek (Börek): Se trata de empanadas (aunque más bien podríamos llamarlas ensaimadas por su forma reonda) elaboradas con pasta filo y que se rellenan habitualmente de queso feta, carne o espinacas. Es un plato de raices otomanas, extendiéndose desde Turquía hasta Serbia y Croacia. Habitualmente te lo sireven junto a un yogurt natural (se hace un poco complicado comértelo junto a él). Como curiosidad entre los croatas es conocido como «el desayuno de los borrachos» porque los suelen comprar jóvenes que vuelven de fiesta en las primeras horas de la mañana. Muy recomendable el de espinacas.

Cevapi (Ćevapčići): Es un plato a la parrilla elaborado a base de carne de ternera picada estofada con especias. Con su curiosa forma (asemejan a salchichas pero la consistencia es la de una hamburguesa) se suelen servir sobre plato o en pan, acompañado siempre de cebolla picada. Sus orígenes son bosnios.

Panaderías, la pasión croata

Lo reconozco, es lo que más llamó mi atención de mi estancia en Zagreb. La abundancia de panaderías en Zagreb no tiene comparación. Si no es la ciudad con más establecimientos de este tipo por persona, debe de estar próxima. He llegado a ver cuatro distintas en apenas 10 metros. Encontramos de todo tipo, desde las más tradiconales hasta las grandes cadenas (Milnar, Pan-Pek…).Podemos comprar multitud de variedades de pan, bollos rellenos (muy típicos con mermelada) y bocadillos (muy ricos, con lechuga, tomate, pepino, jamón, queso y mayonesa). Es la opción más económica para viajeros de escaso presupuesto.

Beber

Los croatas son grandes bebedores y alardean de ello. Les encanta beber pero raramente los verás tomando cuba-libres; aquí lo que acostumbran a beber es cerveza, vino y licores. Los precios de las bebidas son muy europeos: cervezas de 0,5l a 14 kunas (2€) y en las copas se pagan por separado el refresco del alcohol propiamente dicho.

Rakia (Rakija): Es el licor tradicional croata, elaborado con multitud de frutas (los hay de limón, de ciruela, cereza…) y de miel. Se asemeja mucho al orujo de hierbas, siendo más suave. Lo puedes encontrar en todos los bares aunque el mejor, como es lógico, es el casero (mucha costumbre de destilarlo en casa con las frutas del huerto).

Cerveza, si es Karlovacko mucho mejor: La cerveza es de lejós la bebida favorita en Zagreb. Encontramos multitud de marcas nacionales (Pan, Ozujsko, Tuborg…). Yo tuve tiempo de probarlas todas y me quedo sin dudarlo con la Karlovacko. Me gustaría daros una explicación con fundamentos pero por desgracia no soy catador de cervezas (todavía) por lo que diré que fue la que más me gustó y punto (a gustos, colores).

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Cata de cervezas artesanales Molino del Río (Caravaca de la Cruz)

Los que ya conozcáis el Aula de Cultura Gastronómica ‘Raimundo González’ del Mercado de Verónicas sabréis que periodicamente realizan charlas y catas abiertas al público con el objetivo de ampliar el conocimiento que los murcianos tenemos de los productos de nuestra tierra. Esta mañana los allí presentes hemos podido degustar una muestra de las distintas variedades de cerveza que El Molino del Río produce artesanalmente en su hotel rural-restaurante situado a pocos kilómetros de Caravaca de la Cruz; cata que ha sido impartida por José Cantero, quien nos ha ido explicando los entresijos que rodean a la producción de su cerveza.
En su web te explican los pasos que cumplen para elaborarla, una producción que cuenta con la singularidad de emplear agua del manantial que corre por su finca y que requiere de aproximadamente un mes para completarse. La idea de elaborar cerveza artesana nace a través de un encuentro en Suecia con Jan Hellmér, maestro cervecero que les inculcó esta pasión y les tuteló en sus inicios. Ellos mismos han ido evolucionando como empresa hasta el punto de contar en la actualidadcon una producción nada desdeñable de mil tercios de cerveza al mes, sin sumar la cerveza que venden a granel en la propia finca. Como buenos artesanos que son, su empeño en seguir mejorando y perfeccionando las recetas no cesa y actualmente trabajan en más variedades.

Hemos comenzado degustando la variedad Gold, la más fresca y veraniega de todas, en la que combinan dos tipos de malta y uno de lúpulo. Su espuma es muy ligera y su graduación es la más baja de todas (4,5º). Presenta un aroma afrutado y un sabor ligeramente dulce, aunque menor en comparación con la 24 Quilates.

La siguiente cerveza que hemos catado ha sido la 24 QuilatesEs una cerveza de las tipo Duvel, con alto contenido en alcohol (7º) gracias a ,entre otros factores, el azúcar. Es una cerveza con mucho cuerpo y un sabor afrutado muy característico, con finalización amarga. 

La tercera y la que más ha llamado la atención a los allí presentes ha sido la variedad Romero y Miel. Como su propio nombre indica la elaboran infusionando hojas de romero y añadiendo miel comprada directamente a productores de la zona. Como la anterior, es una cerveza con mucho cuerpo y con un sabor inconfundible a romero, pero que no llega a desagradar. Es una cerveza que ofrece muchas posibilidades tanto para acompañar arroces como para preparar guisos. Desde mi punto de vista, esta cerveza es el paradigma de cerveza artesana: original pero a la par nos recuerda la historia y los sabores que marcan su lugar de origen.

Continuamos con la Tostada, una variedad con un sutil amargor y un pronunciado gusto a lúpulo. Su graduación es intermedia (5,6º), siendo ideal para acompañar todo tipo de carnes fuertes.

La quinta cerveza -la variedad Especial– fue la que más me gustó de las seis que presentaron. En ella se suman unos sabores muy de mi agrado como son el pomelo y el anís estrellado, dando como resultado una cerveza de notas amargas pero a la vez afrutada. Como pasaba con la de Romero y Miel, esta es una cerveza que habla de Murcia, de su cultura y de su tierra. Todo un acierto.

Finalizamos con la Negra. Debido a su alta cantidad de alcohol (7,6º) es una cerveza que acepta ser degustada a temperatura ambiente (obviamente, si es verano y hacen 40º a la sombra pues como que no). Tiene un sabor achocolatado y un aroma muy agradable a café. Es ideal para acompañar dulces y chocolates o incluso para arriesgar y elaborarlos con ella. Su espuma es suave y cremosa, como toda cerveza negra de buen haber.

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